Marco Lara

Graduado Matrícula de Honor Conservatorio de Barcelona

Máster en Conservatorio van Amsterdam, Holanda

Hola, soy Marco Lara, profesor de piano y músico.

Ayudo a personas corrientes a dar el máximo de sí mismos cuando se trata de aprender a tocar el piano. Llevo alrededor de 12 años dando clase de piano a todas las edades, todos los estilos de música e incluso otras disciplinas como la composición, coro o análisis musical; preparando a chicos y chicas para las pruebas de acceso a Conservatorios de distintas partes del mundo.

PREMIOS Y APARICIONES

Marco lara en medios de comunicación 4

LO PROFESIONAL Y LO PERSONAL

Niñez y adolescencia

Nacido en el año 1989, comienzo mis estudios de piano a la edad de 7 años. Desde entonces, no he dejado de tocar…Muchas veces lo hablo con mis amigos y compañeros; no concibo mi vida sin bajar teclas. Y es que, el piano es adictivo, de verdad, algo pasa en el cerebro, pasan los días y uno sigue enganchado, – no es metafórico, realmente crea cierta adicción, espero que positiva, claro…Desde ya muy pequeño subo a escenarios de más de 50 ciudades y 5 países, empiezo a conseguir premios, becas y concursos a nivel nacional y, así sin más, sin comerlo ni beberlo, y con 18 primaveras a mis espaldas, me planto en Barcelona, paraíso cultural y social, donde además de vivir momentos que todavía recuerdo con nostalgia, consigo el graduado de Piano Clásico y Contemporáneo con Matrícula de Honor. Además, dada mi profunda admiración a la música actual, me decido a cursar cuatro años de piano jazz/moderno. 

Ámsterdam: grandes pero duros momentos

Ámsterdam, ciudad en la que resido y en la que curso el Máster de Interpretación de Piano en el Conservatorio de dicha ciudad. Experiencia fascinante y extraña al mismo tiempo, me produce escalofríos solo de pensar que con solo 22 añitos me enfrento a un país nuevo, con un idioma nuevo, y por qué no decirlo, con una mano delante y otra detrás, haciendo dos horas (a veces más) de bicicleta – trayecto de ida al Conservatorio, a las casas de mis alumnos, y de casas de mis alumnos a casa; mejor reírse que acordarse de esos trayectos, con mi querida bicicleta rodando por caminos que a veces me regalaban un palmo de nieve o una temperatura de menos 10 grados centígrados.

Año 2019: el cambio

Esto tiene que cambiar, me niego a pensar que la música sea una frustración tanto en el mundo profesional como en el ámbito amateur. La música sirve para alimentar el espíritu, para desarrollar nuestro cerebro, para bailar, para divertirse, para desarrollar la creatividad, la coordinación, la psicomotricidad, los sentimientos, los reflejos…pero no sirve para hundir a quien la practica. Me niego a pensarlo. Los conocimientos se tienen que poder aplicar de otra manera,  yo quiero hacer feliz a otras personas, quiero que sientan la felicidad de saber, de conocer, de educar el oído. Y fue un “clic”, un día decidí que me iba a dedicar enteramente a enseñar todo lo que sé. Pero no de la manera en la que todos esperaban, yo quería, quiero cambiar la manera en que se trasmiten estos conocimientos, quiero que todo el mundo pueda disfrutar de mis conocimientos y aplicarlos a cualquier nivel. No quiero que solo los afortunados que pueden entrar a un conservatorio se beneficien de lo que nos da la música, no quiero que mis alumnos se frustren pensando que tienen que ejecutar mis técnicas de manera perfecta o nunca llegarán a ser alguien.

marcolara.net: La plataforma del cambio

Gracias a esta plataforma y su canal asociado en Youtube, mis alumnos pueden tener clases multitudinarias, masterclases, conciertos y mucho más. Y lo mejor de todo, son un millón de veces más entretenidas y divertidas. Todos nos animamos y disfrutamos escuchando a los demás. Quiero que empieces a cambiar tu vida, que empieces a sentir la verdadera felicidad e ilusión de aprender disfrutando, tocando para mucha gente de muchos lugares distintos. Yo solamente te daré mi cariño, mi ilusión, y las herramientas, el resto es cosa solamente tuya, tuya y de nadie más.

LO PROFESIONAL Y LO PERSONAL

Niñez y adolescencia

Nacido en el año 1989, comienzo mis estudios de piano a la edad de 7 años. Desde entonces, no he dejado de tocar…Muchas veces lo hablo con mis amigos y compañeros; no concibo mi vida sin bajar teclas. Y es que, el piano es adictivo, de verdad, algo pasa en el cerebro, pasan los días y uno sigue enganchado, – no es metafórico, realmente crea cierta adicción, espero que positiva, claro…Desde ya muy pequeño subo a escenarios de más de 100 ciudades y 5 países, empiezo a conseguir premios, becas y concursos a nivel nacional y, así sin más, sin comerlo ni beberlo, y con 18 primaveras a mis espaldas, me planto en Barcelona, paraíso cultural y social, donde además de vivir momentos que todavía recuerdo con nostalgia, consigo el graduado de Piano Clásico y Contemporáneo con Matrícula de Honor. Además, dada mi profunda admiración a la música actual, me decido a cursar cuatro años de piano jazz/moderno. 

Ámsterdam: grandes pero duros momentos

Ámsterdam, ciudad en la que resido y en la que curso el Máster de Interpretación de Piano en el Conservatorio de dicha ciudad. Experiencia fascinante y extraña al mismo tiempo, me produce escalofríos solo de pensar que con solo 22 añitos me enfrento a un país nuevo, con un idioma nuevo, y por qué no decirlo, con una mano delante y otra detrás, haciendo dos horas (a veces más) de bicicleta – trayecto de ida al Conservatorio, a las casas de mis alumnos, y de casas de mis alumnos a casa; mejor reírse que acordarse de esos trayectos, con mi querida bicicleta rodando por caminos que a veces me regalaban un palmo de nieve o una temperatura de menos 10 grados centígrados.

Año 2019: el cambio

Esto tiene que cambiar, me niego a pensar que la música sea una frustración tanto en el mundo profesional como en el ámbito amateur. La música sirve para alimentar el espíritu, para desarrollar nuestro cerebro, para bailar, para divertirse, para desarrollar la creatividad, la coordinación, la psicomotricidad, los sentimientos, los reflejos…pero no sirve para hundir a quien la practica. Me niego a pensarlo. Los conocimientos se tienen que poder aplicar de otra manera,  yo quiero hacer feliz a otras personas, quiero que sientan la felicidad de saber, de conocer, de educar el oído. Y fue un “clic”, un día decidí que me iba a dedicar enteramente a enseñar todo lo que sé. Pero no de la manera en la que todos esperaban, yo quería, quiero cambiar la manera en que se trasmiten estos conocimientos, quiero que todo el mundo pueda disfrutar de mis conocimientos y aplicarlos a cualquier nivel. No quiero que solo los afortunados que pueden entrar a un conservatorio se beneficien de lo que nos da la música, no quiero que mis alumnos se frustren pensando que tienen que ejecutar mis técnicas de manera perfecta o nunca llegarán a ser alguien.

marcolara.net: La plataforma del cambio

Gracias a esta plataforma y su canal asociado en Youtube, mis alumnos pueden tener clases multitudinarias, masterclases, conciertos y mucho más. Y lo mejor de todo, son un millón de veces más entretenidas y divertidas. Todos nos animamos y disfrutamos escuchando a los demás. Quiero que empieces a cambiar tu vida, que empieces a sentir la verdadera felicidad e ilusión de aprender disfrutando, tocando para mucha gente de muchos lugares distintos. Yo solamente te daré mi cariño, mi ilusión, y las herramientas, el resto es cosa solamente tuya, tuya y de nadie más.